...MÚSICO Y SERVIDOR DE SU PUEBLO!
Se llamaba Carlos Paravís y era médico traumatólogo, especialista en cirugía de prótesis de cadera. Pero se lo conoce más como Santiago Chalar, uno de los más famosos cantantes de música folklórica uruguaya. O para ser más precisos música folklórica rural. Especialista en milonga, serranera, media serranera, valsesito criollo, etc. Era intérprete más que compositor, pero tenía muy buen ojo para elegir los poemas para musicalizar. Le cantó al hombre de campo, a su vida, a lo cotidiano. No incursionó en la protesta política. 'No es lo mío', decía, '... yo hago arte, y canto el sentir del hombre de mi tierra, si todo el mundo puede expresarse que lo haga'. Y sin embargo estuvo prohibido en la dictadura por pedir a través de un poema de Santos Inzaurrale 'Dándole de comer a una paloma', la liberación de los presos políticos y la reconciliación nacional. Era muy sensible al dolor de su pueblo y no se casaba con nadie. Nació en Montevideo en 1938, pero pasó su adolescencia en Maldonado.
El estudio de la Medicina, lo alternó con la guitarra y la música y se puso un seudónimo (Santiago Chalar) porque su padre quería que se dedicara totalmente a la medicina. En 1963 grabó su primer disco y el tema 'Gurí pescador' fue premiado por la cámara del disco y CX 14 como la interpretación del año. Posteriormente llegarían los premios nacionales e internacionales, las giras por varios países. En 1974, se radicó en Minas y trabajó varios años en el Hospital de esa ciudad del cual fue director. En 1977 su disco 'Minas de Abril' trepa a los primeros puestos y obtiene el primer disco de platino otorgado a un cantante de folklore nativista. Casado con Adela Martínez, tuvo 4 hijos: Adela, Carlos, Santiago e Isabel. Sus dos hijos varones, uno médico y otro abogado son como el padre, folkloristas. Cristiano comprometido, participó de las actividades de la Parroquia de Minas, dio con su señora charlas prematrimoniales y se encargó del ministerio de atención a los enfermos, llegándosele a confiar el ministerio extraordinario de la Eucaristía. Era frecuente verlo en el Hospital de Minas, curando a los pacientes y al verlos deprimidos, agarrar la guitarra y dedicarles un breve 'recital'. Muchos comentaban bromeando: 'el doctor Paravís los cura con la guitarra'. Un día el cura Carlos de la parroquia de Minas, sufría de una pierna que estaba gangrenada. Varios médicos decían: 'hay que amputar' pero él se la salvó. Con infinita paciencia, pequeñas cirugías y curaciones diarias, se la recuperó. El Festival Minas de Abril, que él impulsó con varios vecinos, fue un éxito resonante, y gracias a él, el Hospital de Minas se remodeló. Vivió la pobreza evangélica en la práctica.
Trabajó casi gratis varios años para el Hospital de Minas y cuando Salud Pública le otorgó un sueldo, sobreviviendo con sus ingresos de cantante, auxilió con su sueldo de médico a un desocupado y su familia con hijos pequeños sin que nadie se enterara del hecho. 'Nunca nos faltó nada' dice su hijo Santiago, 'pero no nos dejó plata. Para él el dinero era nada más que un mal necesario. Pero no había nadie que precisara ayuda, con el cual él no compartiera lo que tenía. él decía que sólo le bastaba con lo necesario para vivir dignamente'. Un cáncer acabó con su vida el 21 de noviembre de 1994.
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Quem ama extremamente, deixa de viver em si e vive no que ama.
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